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¿Conocías la historia de la Generación Coca Cola?

El rock de Brasilia en la década de 1980 marcó una generación entera, dejando un legado de libertad, transgresión y cultura. El tedio de vivir en una ciudad recién inaugurada y la opresión de la dictadura militar sirvieron de combustible para una juventud rebelde, ávida de transformación cultural.

En 1985, la canción Geração Coca-Cola, el mayor éxito del álbum debut de Legião Urbana, resumió el sentimiento de la época y catapultó al rock brasiliense a la proyección nacional:
“Somos hijos de la revolución / Somos burgueses sin religión / Somos el futuro de la nación / Generación Coca-Cola”.

“El ‘no’ de la dictadura fue el motor de nuestra generación. Sin embargo, la producción cultural de Brasilia era diferente a lo que se hacía en el eje Río-São Paulo. Teníamos una preocupación filosófica en nuestras letras, algo que solo la soledad de la capital podía provocar”, cuenta Paulo César Cascão, fundador de la banda Detrito Federal, que tuvo gran éxito en las décadas de 1980 y 1990.

Con una fuerte influencia del punk rock, la escena musical de Brasilia cuestionaba sin miedo, desafiaba las normas y respondía a la avalancha de banalidades impuestas por la industria cultural de la época.

El otro lado de Brasilia
La banda Detrito Federal, cuyo nombre ya era un grito de protesta, buscaba exponer las contradicciones de la ciudad. “Queríamos mostrar lo que no funcionaba, hablar del otro lado de Brasilia. Discutíamos política, anarquía y poesía. Al tener vínculos con las embajadas, recibíamos revistas y discos antes que en otros lugares del país. A diferencia de São Paulo, el punk rock aquí tenía una estética única y más contenido”, señala Cascão.

La barricada cultural
El poeta y profesor Paulo Kauim recuerda la intensidad de aquellos años: “El verso ‘vamos a devolverles la basura que nos tiraron’ de Renato Russo resumía nuestro espíritu. Nos reuníamos en las facultades, las plazas y otros espacios, construyendo una barricada cultural contra el régimen militar. Teníamos hambre de cambio, libertad y movilidad social”.

Uno de esos refugios fue el Teatro Rolla Pedra en Taguatinga. Allí convivían música, teatro, danza y artes plásticas, con shows icónicos de Legião Urbana, Finis África y Plebe Rude. “El Rolla Pedra era como el mito de la caverna de Platón, pero al revés: en la oscuridad del lugar, encontrábamos luz a través de la cultura”.

Kauim también reflexiona sobre la juventud actual: “Hoy hay mucha información, pero poco conocimiento. Siento falta de los encuentros cara a cara y de grupos que movilicen a sus comunidades. Renato Russo siempre decía: ‘Estudien, porque el conocimiento es poder’”.

La escena underground
Izabel Morais, pedagoga y consejera cultural, rememora los años en los que el Teatro Sesc Garagem y el bar Estación 109 eran puntos de encuentro para las bandas. “El rock de Brasilia era diferente, más underground, con un sonido auténtico y original. Esperábamos con ansias los lanzamientos de los LPs, que tardaban hasta un año. Eran eventos familiares: nos reuníamos frente al televisor cuando salían en programas de TV”.

Mário Pazcheco, pionero en publicar fanzines sobre las bandas locales y entrevistador de Renato Russo, celebra aún hoy la filosofía punk del “hazlo tú mismo”: “Brasilia tenía jóvenes activistas con discursos abiertos en un país cerrado. Nuestra generación dejó legados importantes: libertad, camino abierto y conocimiento”.

El impacto de un himno
Marcelo Bandão, líder de la banda Magoo, recuerda la emoción al escuchar Geração Coca-Cola: “La canción convirtió a Brasilia en la capital del rock. Años después, asistí al lanzamiento del álbum Dois en el gimnasio Nilson Nelson y conseguí un autógrafo de Renato Russo”.

Edmilson Batista, quien formó la banda Contacto Imediato inspirado por Legião Urbana, añade: “Renato y su música nos influenciaron a todos los jóvenes músicos de la época”.

Finalmente, Tião Rodrigues, guitarrista y productor musical, revive los bailes de colegio donde Geração Coca-Cola siempre era la canción más pedida: “La música capturaba el espíritu de toda una generación”.

Legado eterno
El rock de Brasilia no fue solo un movimiento cultural; fue una voz colectiva que convirtió el tedio y la represión en arte, dejando una herencia de libertad, crítica y resistencia.

Noticia vía Correio Braziliense

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