Denuncian a ArcelorMittal por prácticas de neocolonialismo en Liberia
Funcionarios y sectores políticos acusan a la multinacional de monopolizar infraestructura clave y frenar el desarrollo del país.
Liberia, el único país de África que nunca fue colonizado, enfrenta una creciente controversia por la influencia que ejerce la multinacional ArcelorMittal sobre su economía. Funcionarios gubernamentales han sido señalados por actuar como subordinados de la empresa, mientras esta busca extender su control sobre la infraestructura nacional por otros 25 años.
Desde 2005, ArcelorMittal ha tenido bajo su control casi 300 kilómetros de ferrocarril y el puerto de Buchanan, activos estratégicos que, según denuncias, han sido utilizados exclusivamente para su beneficio, impidiendo el desarrollo de la región y limitando la llegada de nuevos inversores. A pesar de haber operado en Liberia durante dos décadas, las inversiones de la compañía han sido calificadas como mínimas y con poco impacto positivo en el país.
El presidente de Liberia ha descrito a Yekepa, la ciudad donde la empresa opera su mina, como una “ciudad fantasma”, lo que refleja la falta de desarrollo en la zona pese a la prolongada presencia de ArcelorMittal. Informes oficiales señalan múltiples incumplimientos de la empresa, incluyendo el deterioro de la vía férrea, fallas en la producción de mineral de hierro, degradación ambiental sancionada por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y el incumplimiento de acuerdos financieros establecidos en su contrato de explotación.
A pesar de estos antecedentes, la Comisión Nacional de Inversiones (NIC) ha avanzado con la negociación de un nuevo acuerdo favorable a la empresa, en abierta contradicción con órdenes ejecutivas del presidente. Ante esto, sectores políticos y sociales exigen al gobierno que recupere el control del ferrocarril y del puerto de Buchanan, permitiendo el acceso de nuevos inversionistas bajo una regulación estatal.
“Es momento de desafiar a ArcelorMittal y ver si realmente pueden sostener su posición”, afirman los críticos, instando al gobierno a no extender el contrato actual más allá de 2030 y a negociar un nuevo acuerdo desde cero.
La discusión sobre el rol de ArcelorMittal en Liberia sigue abierta, mientras la presión sobre el gobierno aumenta para evitar lo que algunos llaman un “secuestro económico” de la infraestructura nacional.
Vía Libera Observer