Los perros calientes venezolanos que conquistan Buenos Aires
Una familia venezolana ha logrado instalar una nueva tradición gastronómica en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: los perros calientes, una versión venezolana del clásico pan con salchicha, que se ha convertido en un fenómeno entre porteños y migrantes por igual. Con dos locales —uno en Solís 230, en el barrio de Congreso, y otro en Avenida Santa Fe 988, en Microcentro— el emprendimiento Lo de Joha ofrece una experiencia callejera cargada de sabor y nostalgia.
A diferencia del hot dog tradicional, el perro caliente venezolano se presenta como una explosión de ingredientes. Sobre la base de una salchicha cocida se montan generosas porciones de queso rallado, papitas fritas trituradas, repollo, cebolla, y un abanico de salsas como kétchup, mostaza, mayonesa, salsa de ajo y la famosa “guasacaca” —una salsa verde a base de palta, cilantro y ajo, típica de Venezuela—. Todo esto dentro de un pan suave que apenas logra contener el contenido.
El local de Congreso se especializa exclusivamente en perros calientes, mientras que en el de Microcentro también ofrecen hamburguesas al estilo venezolano, igual de abundantes y sabrosas.
Desde su apertura, Lo de Joha se ha ganado un lugar en el circuito gastronómico informal de la ciudad, convirtiéndose en un punto de encuentro para quienes buscan sabores latinos auténticos, preparados con generosidad y espíritu familiar. La propuesta no solo atrae a la comunidad venezolana, sino también a una creciente clientela argentina que se deja tentar por la originalidad del menú.
En una ciudad cada vez más atravesada por la diversidad cultural, iniciativas como la de esta familia demuestran que la comida puede ser un puente directo a la identidad, la memoria y la integración. Los perros calientes de Lo de Joha son, en ese sentido, mucho más que una comida rápida: son un pedazo de Venezuela servido en pan.
Vía Nahuel Hidalgo