Mucha emoción y felicidad entre los niños tucumanos que vieron la nieve por primera vez
La nieve sorprendió a todos en el cerro San Javier, pero para muchos chicos fue mucho más que un fenómeno meteorológico: fue un sueño cumplido. Entre bufandas, guantes mojados y muñecos improvisados, la escena se llenó de risas, fotos y emoción genuina.
“Para mí significa felicidad”, dijo Néstor, un niño que junto a su familia llegó desde la capital para ver por primera vez la nieve. “La había visto en películas, pero ahora verla en persona es increíble”, expresó a LA GACETA, todavía con los ojos brillosos y las manos congeladas. Su muñeco de nieve, según contó con orgullo, ya tenía lugar: “Está en el capó del auto”.
Entre quienes también vivieron un momento especial estuvo Luz, de nueve años, que no pudo contener las lágrimas. “Era mi sueño desde chiquita. Todos mis compañeros ya la habían visto, y yo no”, dijo con voz entrecortada. Su tío, taxista, dejó el trabajo ese día para llevarla. “Me decía todo el tiempo ‘tío, llévame’, y bueno, lo hice. Valió la pena verla así de feliz”.
Un día inolvidable
La postal fue completa: muñecos con bufandas familiares, zanahorias por nariz, ojos hechos con cáscaras de naranja y abrazos apretados bajo la tenue caída de copos. Un gorila disfrazado se sumó a la escena para animar a los más pequeños, mientras decenas de familias subían al cerro a disfrutar de una experiencia poco común en Tucumán.
FOTO DE SANTIAGO GIMÉNEZ
Diego, organizador de eventos y responsable del simpático personaje, explicó su presencia: “Vinimos a divertir, a motivar a los chicos, a hacerlos sonreír. Es algo único, la primera vez que se da esta nevada en años”.
La nieve, un motivo para soñar
“No lo voy a olvidar más”, repetía Luz mientras moldeaba su primer muñeco. “Estoy contenta”, resumió. A su lado, su familia la acompañaba con una mezcla de orgullo, cariño y frío. La escena fue capturada por cientos de celulares, pero también quedó grabada en la memoria de todos los presentes.
Una postal de alegría y ternura, en una mañana donde la nieve, por unas horas, volvió mágicos los cerros de Tucumán.
Vía La Gaceta