El relato de Bullrich para desprestigiar el reclamo de los jubilados
La ministra de Seguridad volvió a “tirarle el estado encima” a los manifestantes. Armas plantadas, policías infiltrados, supuestos barras y un fotógrafo que pelea por su vida al que acusaron de absolutamente todo. Un nuevo capítulo en la trama represiva de la Argentina que nos recuerda a las épocas más oscuras de nuestro país.
n un nuevo capítulo de la violencia instaurada por el Gobierno de Javier Milei desde su asunción en diciembre de 2023 y la total libertad para su rival política, devenida en ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el miércoles las calles aledañas al Congreso fueron testigos de la represión policial por partes de las fuerzas de seguridad hacia los hinchas, manifestantes, abuelos y todo aquel que se haga presente.
Opresión anticipada, escombros ubicados casualmente en puntos clave, un móvil policial utilizado como anzuelo, un fotógrafo peleando por su vida y el sinfín de agentes infiltrados vestidos de civil, bienvenidos a un nuevo capítulo de la trama represiva de Bullrich.
Se veía venir, claro está, una jornada atípica. No era la marcha semanal en la que los jubilados van a reclamar por su insignificante pensión (la mínima es de 300mil, cuando necesitan 1.2 millones para gastos básicos) y son echados por los agentes aprovechando su ventaja física.
La represión inició desde temprano en la esquina del Congreso.
Esta vez era diferente, la convocatoria fue mayor y así lo entendieron en Casa Rosada. El miedo sembrado por el ministerio de Seguridad empezó con la advertencia de que aquellos que se animen a ir al microcentro porteño iban a perder lo más preciado que tienen muchos fanáticos del deporte más popular, no ir a la cancha.
Aprovechando al máximo y detenidamente todas las herramientas que el estado le dejó a disposición, Bullrich ordenó el despliegue de violencia desde los momentos previos al inicio de la manifestación, convocada para las 17hs.
Dos horas antes, y en su intención de mostrarse como superhéroes que vienen a parar a los viles barras bravas y delincuentes que rompen todo. La ministra posteó una imagen bajo el mensaje “el tránsito no se corta” y empezaron los balazos y golpes a los primeros hinchas caracterizados que se presentaban con los adultos mayores.
El posteo de Bullrich, en modo “super ministra”.
BARRABRAVAS
Si algo le falta, y mucho a este Gobierno es la llamada “jerga futbolera“. Lo notamos en la insistencia de que todo aquel que estuvo este miércoles en el Congreso con la camiseta de su club era un barrabrava, cuando la realidad marca que eran socios y socias de las diversas asociaciones civiles que tiene nuestro país.
Hinchadas unidas para defender a los jubilados e ir en contra de las fuerzas policiales.
Cabe destacar, que seguramente muchos de ellos colaboraron en sus clubes para la enorme colecta solidaria que se realizó en varios puntos del país en beneficio de Bahía Blanca, mucho más que la, hasta ahora, insignificante ayuda económica que envió la Casa Rosada a la ciudad bonaerense.
“Tienen que salir a decir que van a echar a todos los que están asociados a los clubes que hayan participado de esta marcha y que estén identificados, no solamente ponerle nosotros el derecho de admisión, los tienen que echar” dijo la ministra este jueves en declaraciones televisivas. Como si se tratara de un fenómeno nuevo.
Lo que la funcionaria no sabe, o aparenta no saber, es que en su gran mayoría, los barras se mueven exclusivamente para intereses propios, el manejo alrededor de los estadios y cual actividad ilícita se les hagan conveniente, no copan las tribunas para otra cosa que no sea su negocio.
Pablo Carroza, periodista reconocido por sus conocimientos en el mundo barra.
Los verdaderos “capos” del paravalancha conviven todo el tiempo con la fuerzas de seguridad, se conocen y arreglan los operativos en la cancha o viajes y traslado. El día que las barras realmente quieran “pudrirla”, la plaza Congreso va a ser un verdadero campo de batalla.
PROVOCACIÓN CONSTANTE Y ANZUELOS EN EL ESCENARIO
“¡Corran, zurdos!” sonaba desde el camión hidrante que se llevaba puesto a cualquiera que se cruce a su paso, la provocación por parte de las fuerzas federales tenía un solo objetivo, generar la reacción de aquellos violentos de turno que dejan expuesto a cientos de otros que se acercaron de manera pacífica.

La sorpresiva presencia de un camión de escombros a 2 cuadras del Congreso.
Momentos previos a la protesta, se generó el revuelo en redes sociales por la presencia de un camión cargado con escombros frente a la Biblioteca del Congreso, a dos cuadras del Palacio Legislativo. La imagen fue compartida por la periodista Noelía Barral Grigera, y alertó sobre la posible intención de generar un clima de tensión previo a la protesta.
A todo esto se le suma la presencia de un móvil de la Policía de La Ciudad que fue dejado entre los manifestantes que, como era de esperarse, fue incendiado. Todas estas, son tácticas utilizadas para aumentar la posibilidad de desbordes y justificar una represalia por parte de las fuerzas de seguridad. Desde este medio, no justificamos ningún accionar desmedido por parte de los presentes en cualquier manifestación. Algo quedó en claro ayer, la violencia sigue sin ser la solución.
Vía El Bonaerense